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Junto a los concursos, los regalos virtuales y los cupones, los sorteos en redes sociales son parte del eje central sobre el que gira actualmente toda estrategia de posicionamiento empresarial en Internet.
¿Te has preguntado alguna vez porqué?
La respuesta es sencilla. La posibilidad de obtener un premio es algo que se difunde rápidamente entre quienes utilizan las redes sociales y, al viralizarse, se convierte en una buena herramienta para dar a conocer una marca o producto en el entorno digital.
Facebook y Twitter, por su gran cantidad de usuarios, son las plataformas más utilizadas para llevar a cabo este tipo de estrategias, cuyo fin es captar potenciales clientes y obtener de ellos opiniones y críticas que orienten a las firmas a la hora de lanzar sus nuevos productos al mercado.
Es a través de las páginas o perfiles de negocios que los community manager promueven los sorteos online, buscando “Likes” que se transformen en el máximo número de seguidores posible. Otro requisito habitual es tener que compartir la campaña en los muros personales, así como llenar un cuestionario con información básica que sirve para crear una base de datos detallada de los participantes.
Facebook tiene normas a cumplir con respecto a este tipo de iniciativas y por ello suelen utilizarse aplicaciones diseñadas con este fin, como Totombola!, Trisocial, EasyPromos o Cool Tabs. La ventaja de estos programas es una mayor transparencia en el proceso de selección de ganadores, al hacerlo de forma automática y con certificado de validez.
Los productos alimenticios, así como los relacionados con el cuidado personal y del hogar, son los que más se sortean. De esta forma, los ganadores pueden conocerlos de primera mano y difundir su experiencia en su entorno más cercano, generando una mayor confianza para quienes estén pensando en adquirirlos.
Existen muchos tipos de sorteos, desde el que únicamente requiere una dirección de correo electrónico a los que solicitan fotos, consejos, votos o captar a otras personas para optar al premio. Sin embargo, la elección de uno u otro dependerá en última instancia de la campaña y del nivel de interacción con el usuario que busque el impulsor de cada promoción.
